El Buesa Arena ha vuelto a ser el epicentro de la pasión baskonista en una jornada especial para la afición. Cerca de 1.200 seguidores han asistido al entrenamiento de puertas abiertas, convirtiendo la sesión en una auténtica fiesta en la que la ilusión y el sentimiento de equipo han sido los grandes protagonistas.
Desde el primer momento, el ambiente ha sido inmejorable. Familias, grupos de amigos y aficionados de todas las edades han podido disfrutar de cerca del trabajo del equipo, viendo en acción a sus ídolos en una jornada que ha trascendido lo puramente deportivo.
Tras la sesión, los jugadores han compartido un largo y emotivo encuentro con los seguidores, firmando autógrafos, haciéndose selfies y regalando momentos inolvidables. Algunos afortunados incluso se han llevado un recuerdo imborrable, como zapatillas firmadas por sus jugadores favoritos.
Un día que refuerza el vínculo entre el equipo y su gente, demostrando una vez más que el Buesa Arena es más que una cancha: es el hogar de una afición inigualable.